Ya hice balance de como fue el 2014, y para ello no me dejé influenciar por el bombardeo de los medios ni por las impresiones de economistas, tertulianos o analistas varios; hice la reflexión yo solito. Apurando mi escasa memoria intenté valorarlo todo, no solamente lo que me tocó vivir a mí personalmente o en familia, sino también lo sucedido en el entorno más cercano. Sobre el resultado del análisis resumir que hemos vivido un año de muchos y buenos momentos en Vallehermoso, y que si hubiera sido vino diría que la añada dejó buen sabor. Doy por ello las gracias a Dios, y a todo-s lo-s demás.
Ahora a encarar el 2015. Por mi edad estoy bastante alejado de
deseos infantiles, pero el caso es que la ilusión de vivir, y el ánimo para batallar ciertas historias me anima a tomarme la licencia de compartir públicamente mis peticiones a los Reyes Magos para el
año venidero.
Vaya por delante que los Reyes para mí son realmente Magos, sin duda alguna.Y es que cuando niño, sin enterarme del modo en
que lo hacían, fui testigo afortunado de toda la ilusión que repartieron y de su influjo benefactor, y confío que la puedan seguir
repartiendo sin que nos enteremos de cómo lo maquinan. Con esa convicción les envío estas letras, en las quiero relacionar ocho deseos para la isla, para toda nuestra sociedad insular,
y espero poder acertar en el modo de expresarme.
Pido que Sus Majestades Reales mantengan los niveles de esperanza en nuestros petates. Y es que aunque podamos perder la confianza, el puesto de trabajo, o el poder adquisitivo, sería impensable que perdiéramos también la esperanza. No sé cómo se podría sobrellevar el tiempo que nos toca vivir sin ella.
Les animo a venir más veces al año. De años anteriores habrán comprobado que las necesidades son muchas y que un solo golpe a principios de enero es insuficiente para darles una adecuada cobertura.
Hagan lo posible para
que algunos políticos no busquen amparo en su proceder con la manida excusa de "ser reflejo de la sociedad que representan". Me temo que la sociedad actual no se ve reflejada en la clase política, de ahí su desencanto.
Cambien, si pueden, el chip de un buen puñado de poderosos empresarios y banqueros. No los hagan más capaces porque ellos no tienen problemas de inteligencia. Eso sí, tienen
otro tipo de carencias, por ello procuren regalarles las dosis de ejemplaridad, solidaridad y sacrificio que en momentos de crisis se nos exige a los de a pie.
otro tipo de carencias, por ello procuren regalarles las dosis de ejemplaridad, solidaridad y sacrificio que en momentos de crisis se nos exige a los de a pie.
No traigan más carbón. A los que se hayan portado mal les sugiero que los castiguen de otro modo, más constructivo y menos vinculado a los recursos energéticos contaminantes,- ya sabéis como está el paño en Canarias con este tema-. Pueden dejarles, por ejemplo, saquitos de ortigas que pican más, son más ligeras de peso, y al crecer silvestres y abundantemente en el monte son también más económicas.
Les pido que los efectos
benefactores de la sanidad, la educación o la cultura, nos lleguen a todos por
igual. Pienso que si las obligaciones de contribuir a sustentar dichos derechos sociales nos
corresponden a todos, parecería buena cosa que la gestión de esos ámbitos sea también de todos,
en modo abierto y público. No obstante queridos Reyes, si hubiera en la gestión
privada bondades que desconozco, ruego me las hagan saber.
En este año en el que parece que a la izquierda, o a parte de ella, se le acerca la oportunidad de tocar gobierno en muchos lugares y a distintos niveles, les pediría, queridos Reyes, tuvieran a bien traer abundantes cantidades de algún tipo de pegamento, o la sustancia que sea que permita unir cosa con cosa. Creo, al menos para La Gomera, que sería muy bueno hacer llegar a alguna buena gente dicha sustancia junto con sus detalladas instrucciones de uso. Entiendo que su aplicación, en casos específicamente recomendados y en adecuadas dosis, serviría para paliar la excesiva fragmentación que hace más endebles a las opciones progresistas o de izquierdas.
No me cabe la menor duda de que controláis también los presupuestos de la Unión Europea. Por ello os pido finalmente que derivéis fondos para las zonas rurales y que, sobre todo, los pongáis en mano de quien ha demostrado desde siempre seriedad y solvencia despachando durante años buen trabajo por un tubo. De sobra sé que no regaláis dinero en mano, ni tampoco hacéis tranferencias, por ello lo mejor sería que en la forma debida abriérais los ojitos y las entendederas de las Administraciones que gestionan estos fondos para que tengan a bien, a su vez, derivarlos a quien más los necesita y mejor los gestiona. En La Gomera la Asociación Insular de Desarrollo Rural sigue teniendo su sede en Vallehermoso.
Ya me despido. De antemano sé que he pedido muchas cosas y que en otros lugares no tan lejanos les hubiera sobrado líneas y deseos. Sí, reconozco haber sido ambicioso y egoísta en exceso, por eso en un esfuerzo final de mis neuronas más lúcidas os quiero hacer llegar unas últimas peticiones.Os pido que aliviéis la insultante diferencia entre los países más ricos y los más pobres, entre las personas más pobres y las más ricas, entre las sociedades con más derechos humanos y aquellas otras totalmente desheredadas. Si no lo podéis cumplir en un solo año no os preocupéis, nosotros llevamos más de dos milenios sin conseguirlo.
No me cabe la menor duda de que controláis también los presupuestos de la Unión Europea. Por ello os pido finalmente que derivéis fondos para las zonas rurales y que, sobre todo, los pongáis en mano de quien ha demostrado desde siempre seriedad y solvencia despachando durante años buen trabajo por un tubo. De sobra sé que no regaláis dinero en mano, ni tampoco hacéis tranferencias, por ello lo mejor sería que en la forma debida abriérais los ojitos y las entendederas de las Administraciones que gestionan estos fondos para que tengan a bien, a su vez, derivarlos a quien más los necesita y mejor los gestiona. En La Gomera la Asociación Insular de Desarrollo Rural sigue teniendo su sede en Vallehermoso.
Ya me despido. De antemano sé que he pedido muchas cosas y que en otros lugares no tan lejanos les hubiera sobrado líneas y deseos. Sí, reconozco haber sido ambicioso y egoísta en exceso, por eso en un esfuerzo final de mis neuronas más lúcidas os quiero hacer llegar unas últimas peticiones.Os pido que aliviéis la insultante diferencia entre los países más ricos y los más pobres, entre las personas más pobres y las más ricas, entre las sociedades con más derechos humanos y aquellas otras totalmente desheredadas. Si no lo podéis cumplir en un solo año no os preocupéis, nosotros llevamos más de dos milenios sin conseguirlo.
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