Pedro García Cabrera.

El pasado sábado, durante una hora asistimos en el Auditorio de San Sebastián al concierto “En el tapete del mar” una de las actividades previstas para homenajear a Pedro García Cabrera en el Día de Las Letras Canarias.

A lo largo de este mes ya se han celebrado otros conciertos, editados diferentes publicaciones y oficiado diferentes actos encaminados a resaltar la figura de uno de los poetas españoles más importantes del pasado siglo.


Me declaro incapaz de comprender la mayor parte de sus poemas, sobre todo los de su etapa más surrealista y figurativa. Durante el concierto, cuando el narrador leía los poemas con tono y timbre impecable, yo paraba las orejas como un perro conejero, escuchándolo todo…. pero entendiendo lo justo. Me pensaba que los poemas, aderezados con la buena música del concierto serían más comprensibles, pero no. Me conformo, como otros tantos,  en atisbar la enjundia de su obra poética a través de lo que algunos críticos, Domingo Pérez Minik, Rafael Fernández o Sebastián de la Nuez, han escrito. 

No pierdo la esperanza, y me propongo aumentar en algo mi sensibilidad y comprensión lírica, con la lectura de una antología recientemente publicada que pretende ayudar a los niños a acercarse a la poesía de Pedro García Cabrera.

Pero, sin embargo, sí que entiendo y valoro sobremanera la trayectoria personal y el compromiso de un hombre valiente. Admiro la claridad de su denuncia, su posicionamiento ante la injusticia, y sus cualidades humanas en su cercanía a la naturaleza o a lo cotidiano. Pensando como era, considero que le habría gustado mucho un sencillo homenaje que alumnos y profesores del IES que lleva su nombre en Vallehermoso le brindaron el pasado 9 de marzo, consistente en la lectura de algunos poemas y en hacer sonar el tambor gomero.

Finalmente decir que no llevé cámara al concierto y le pedí a uno de los asistentes, Wolfgang Burr, si me podía enviar alguna de las fotos que había sacado. Ahí estan. Le agradezco su amabilidad.