Claro que nada se detiene y que en ese continuo avance todos estamos incorporados queramos o no. En la procesión del tiempo deseamos apurar pasos que nos favorezcan nivel y calidad de vida, que nos reconcilien con nuestra tierra o que nos mejoren el entorno familiar. Pero el regalo de vivir contiene, a su vez otras sorpresas cada una con su envoltorio que, cuando se quita, deja al descubierto bondades, maldades, tristezas, alegrías, exclencias o mediocridades. Nos toca pues un poco de todo en la vida, que no llegamos a descubrir hasta, como decía, quitar el papel de regalo.
La Asociación de Turismo Rural Isla Bonita cumple años. Hoy se sientan a celebrar veinte años de vida, y aunque siempre han mirado hacia adelante hoy quizá tengan oportunidad para mirar atrás y ver los regalos que les ha deparado su devenir. Al recorrer en paralelo buena parte del recorrido no me resulta dificil ejercer la función de notario y constatar que he visto mucho papel de envolver por el camino lo que evidencia abundancia de presentes. Atestiguo, sin temor a equivocarme haber visto ilusión, cohesión, trabajo y buen hacer. Manifiesto haber recibido de Isla Bonita consejo y ejemplo, aquel que con el paso del tiempo ha venido a fraguar en un modelo, en una referencia clara de intervención en el territorio canario y español.
Puesto en mi papel de notario debería fiarme más de lo escrito que de la memoria, pero ahora me permito tirar del regalo del recuerdo, y relato haber compartido jornadas peninsulares con propietarios palmeros que exhibían con orgullo folletos y posters, con amigos que a modo de coro vocal cantaban la excelencia de su isla, de sus casas, de su comida o de su vino. Doy fe de haberme alojado en cinco casas diferentes de turismo rural que emanaban buen gusto y calidad y que a todas ellas las asocio con un nombre, que no es su denominación comercial sino el de sus propietarios que me atendieron con paciencia y encanto. La memoria me permite constatar muchas cosas más de la Asociación de Turismo Rural Isla Bonita: largas reuniones, intercambio de visitas, proyectos interterritoriales o desencantos administrativos para finalmente y como resumen de todo ello en clave gastronómica decir que me queda un rotundo sabor dulce aunque nada empalagoso.
Hace dos días estuve en La Palma y pude visitar su oficina de trabajo en Santa Cruz de La Palma, hablar con asociados, probar alimentos de empresas colaboradoras, dormir en una de sus casas y sobre todo disfrutar de lo que podríamos denominar “hospitalidad en red”, esto es un acuerdo común entre anfitriones diversos emplazados en un lugar que se conjuran para ofrecer ofrecer las mejores atenciones al visitante.
No dudo en decir que gozan de buena salud. En comparación con el anterior, este año registró un aumento en ocupación, y esto es buen signo, sobre todo si consideramos negativos factores de competencia irregular, falta de apoyos y crisis que nos toca capear.
Nada me gustaría más que decir lo mismo de la salud del resto de la familia. Me gustaría apreciar igual fortaleza en las otras asociaciones insulares que compartimos bajo el paraguas de ACANTUR (Asociación Canaria de Turismo Rural) abundantes años de intereses y proyectos comunes. Pero por motivos diversos varias han tenido que finalizar su existencia o reconducir su trayectoria, algo que en el ámbito turístico y especialmente en tiempos tan difíciles no debe interpretarse como algo desilusionante o excesivamente dramático.
Por activa y pasiva nos dicen que el turismo nos está salvando la economía, que esta actividad no sólo tiene presente sino que en Canarias debe seguir siendo clara referencia económica y social en el futuro. En islas como La Gomera y La Palma también se ha apostado mucho por el turismo, por un turismo diferente. Algunos lo siguen llamando turismo rural, otros se sienten un poco más cómodos hablando de turismo sostenible o ecoturismo. Con independencia de su denominación en la que no terminamos de ponernos de acuerdo, si que coincidimos en el fondo, en los contenidos de lo que proponemos, esto es actividades turísticas legales que toman como base recursos de caráter endógeno que son puestos en valor respetando la idisosincracia del territorio, la distribución equitativa de las rentas resultantes y su salvaguarda patrimonial de cara al futuro.
En ese camino nos hemos visto y en ese camino nos veremos.
Desde La Gomera, desde Ecotural y desde el corazón, le deseamos feliz cumpleaños a la Asociación de Turismo Rural Isla Bonita.
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