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| Foto Poli Flores. www.vallehermosweb.es |
Sin estridencias ni agobios pero cargados de razones y con rotundidad los Parques Nacionales de Canarias solicitan comprensión, solidaridad y afecto. Y es que el recorte presupuestario previsto en estos espacios, sobre todo en el capítulo de inversiones (-75%) resulta desmesurado e incomprensible. La pretendida disminución de inversión afectará de lleno a la prestación de servicios tan necesarios como la prevención de incendios, el mantenimiento de infraestructuras y equipamientos, o la atención al visitante.
En respuesta no cabe otra cosa que manifestar que en La Gomera podemos entender una isla sin vuelos y sin aeropuertos, sin excursiones 4x4; se entiende también viable una Gomera sin centros artesanales mudos, sin paseos marítimos o sin piscinas cubiertas, es factible vivir con menos frecuencia de viajes de Fred Olsen, o con menos verbenas sufragadas con dinero público. Sin embargo no entiendo una Gomera con un centro de visitantes carente de recursos para la interpretación, unos senderos por el interior del parque descuidados, o una masa forestal sin atención antes, durante o después de un incendio. El monte y otros espacios protegidos han sobrevivido junto a los gomeros, han compartido ciclos económicos siendo soporte para la supervivencia de nuestra gente y ahora, en la economía del turismo, son espacios que encandilan y nos permiten el orgullo de tener una isla singular y diferente.
Claro que comprendemos lo que suponen estos recortes contra los que el propio Cabildo Insular trabaja por buscar rectificación. Nos solidarizamos y de sobra está manifestar nuestra cercanía y afecto. Y digo "nuestra" porque quiero hablar en nombre de mucha, mucha gente.
