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lunes, 9 de abril de 2012

Emprender en el medio rural


 Por lo general,  la decisión de trabajar en el medio rural va precedida por la intención de residir en él.
La mayor duración y estabilidad de las actividades empresariales se produce cuando sus promotores asumen de buena gana su papel de residente en la comunidad,  y valoran de ella elementos no únicamente vinculados a los resultados económicos de su actividad.
            Por ello, sondear los factores que influyen en la “emprendeduría” en el medio rural,  significa analizar, entre otros, los factores generales de atracción de estas zonas. 
            Para muchos, el principal motivo que influye en la decisión de vivir y emprender en una zona rural es poseer, o en todo caso, disponer de terrenos susceptibles de uso agrícola, turístico o residencial. Las generaciones pasadas, caracterizadas por familias con un gran número de hijos, y en general, un patrimonio, más bien escaso, se veían forzados a trasmitir su herencia de manera muy fragmentada. Aún así, la propiedad de una pequeña parcela de terreno donde cultivar o susceptible de convertirse en una opción para al construcción de una vivienda, ha contribuido a dar arraigo a un gran número de habitantes, que a la postre han sido los protagonistas de otras iniciativas económicas.
            La capacidad emprendedora de las zonas rurales está netamente influida por su perfil demográfico, de ahí la importancia que juegan las estrategias para retener a la población joven en el territorio. La escasez de oferta formativa, la insuficiente generación de empleo y la carencia de ofertas culturales y de ocio,  provocan que los más jóvenes prefieran radicarse en núcleos poblacionales mayores o claramente en zonas más urbanas; o como el caso de los estudiantes procedentes de las islas no capitalinas, se vean forzados o en última instancia, decidan no regresar a trabajar a sus localidades de origen.
            Por otra parte, la mejora de los transportes y de las condiciones generales de conectividad entre zonas de una misma isla, han facilitado que los urbanitas descubran valores y oportunidades para vivir y trabajar en el campo; y que asimismo, los rurales decidan buscar empleo en las zonas urbanas. La movilidad es mayor, y consecuentemente, las decisiones sobre el lugar donde vivir o trabajar son igualmente más flexibles.


Texto del autor del blog, extraído de la publicación "Planificación y gestión del turismo rural. Reflexiones desde la experiencia en Canarias. Federación Canaria de Desarrollo Rural. 2.008.

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